Ampliando el conocimiento sobre el plástico de origen vegetal

Todos sabemos que existe una crisis mundial debido a los desechos plásticos, pero ¿con qué frecuencia nos ponemos a pensar de dónde proviene todo ese plástico?

El 99% de todo el plástico nuevo se fabrica a partir de combustibles fósiles como el petróleo y el gas natural; en otras palabras, el plástico que usamos hoy comienza a destruir nuestro planeta mucho antes de que se convierta en basura. Desde el momento en que se fabrica, el plástico convencional contribuye al cambio climático, degradando los hábitats y amenazando a las comunidades alrededor del mundo.

La reconocida estrategia de reducir, reutilizar y reciclar el plástico es el primer paso prioritario para abordar la crisis del plástico, pero no podemos confiar solo en estas tácticas. Siempre necesitaremos fabricar nuevos plásticos para satisfacer las necesidades fundamentales de salud y seguridad, pero ese plástico nuevo no necesita estar hecho de combustibles fósiles.

El plástico de origen vegetal, también conocido como bioplástico o plástico de base biológica, proviene de fuentes como las algas, la caña de azúcar o el aceite de cocina usado y puede desvincular la producción del plástico con el impacto causado por los combustibles fósiles. Sin embargo, el plástico de origen vegetal debe diseñarse cuidadosamente para generar resiliencia ambiental, social y económica en los ecosistemas y las comunidades. Hace más de una década, los expertos de WWF llegaron a la conclusión de que el plástico de origen vegetal y su abastecimiento pueden convertirse en un problema transversal que afecte a los hábitats, la vida silvestre y las personas a quienes pretendemos proteger. Por lo tanto, en 2012 convocamos a la Alianza de Materias Primas Bioplásticas (Bioplastic Feedstock Alliance, o BFA por sus siglas en inglés) para ampliar la base de conocimiento sobre este tema crítico y complejo y garantizar que el plástico de origen vegetal alcance su potencial para beneficiar a la naturaleza y a las personas.

El primer proyecto de BFA fue desarrollar una metodología para ayudar a las empresas a evaluar los riesgos y beneficios de los diferentes materiales que se pueden usar para fabricar plásticos de origen vegetal, llamados materia prima. El abastecimiento de cualquier recurso natural de cualquier área geográfica conlleva un grado de riesgo para las personas y la naturaleza, y las materias primas de origen vegetal no son una excepción. La metodología de BFA reúne el mejor conocimiento científico disponible en muchos temas interseccionales, proporcionando un conjunto compartido de principios para guiar la toma de decisiones. El abastecimiento responsable no es algo que se logra de inmediato, es una trayectoria. Necesitamos del liderazgo de BFA, junto con su comunidad de expertos, para ayudar a las empresas a aprender, establecer conexiones y tomar decisiones informadas a lo largo de esta trayectoria.

Durante el año pasado y casi una década después de la convocatoria inicial del grupo, BFA llevó a cabo una actualización exhaustiva de la metodología para incluir las recomendaciones y conocimientos científicos más recientes. Esta versión actualizada de la metodología fue revisada por expertos internos y externos, y ahora brinda a los usuarios conclusiones más claras y sugerencias de próximos pasos a medida que tratan de incorporar el plástico de origen vegetal producido de manera sostenible en sus estrategias de empaque a largo plazo.

La metodología actualizada incluye consideraciones centradas en las personas y salvaguardas relacionadas con temas como la seguridad alimentaria, los derechos laborales y la seguridad, junto con consideraciones relacionadas con el impacto climático, la resiliencia, la biodiversidad y otros temas fundamentales. También ha sido adaptada para reflejar la disponibilidad cambiante del plástico de origen vegetal a partir de materias primas y áreas geográficas nuevas e innovadoras, tanto terrestres como marinas.

Estamos reimaginando el ciclo de vida del plástico y anticipando alejarnos del uso de los combustibles fósiles en la fabricación de todos los nuevos plásticos que aún debamos producir con fines de salud y seguridad. Junto con nuestra red global de líderes corporativos y formuladores de políticas públicas, estamos trabajando para acelerar el cambio de insumos fósiles a insumos de origen vegetal. Necesitamos contar con una perspectiva holística para dejar atrás los combustibles fósiles y avanzar hacia el plástico de origen vegetal producido de forma responsable.

Conoce más sobre el abastecimiento responsable de las materias primas de origen vegetal leyendo la metodología actualizada para la evaluación de materias primas bioplásticas de BFA.