Prioridades de WWF para la administración Biden-Harris y el 117° Congreso

WWF le da la bienvenida al presidente Joe Biden y a la vicepresidenta Kamala Harris y reconoce que la nueva administración comienza en uno de los momentos más desafiantes en la historia de Estados Unidos: cuando nuestra propia democracia fue recientemente atacada.

La Administración entrante deberá reforzar y fortalecer nuestras instituciones democráticas, las cuales han sido sometidas a duras pruebas y presiones durante los últimos cuatro años. Asimismo, debe enfrentar los problemas de igualdad, equidad e injusticia racial, indisolublemente vinculados a la salud y resiliencia de nuestra sociedad y los principios democráticos que la sustentan. También significa reafirmar fundamentalmente que el debate político y las decisiones políticas deben basarse en los hechos, la ciencia y la verdad.

La democracia estadounidense debe mantenerse fuerte y debe resistir, en gran parte porque el liderazgo de Estados Unidos es esencial para abordar los grandes desafíos que enfrenta nuestra nación y nuestro planeta. Estamos en medio de una grave crisis económica y de salud pública provocada por la actual pandemia. Al mismo tiempo, estamos atrasados en nuestros esfuerzos relacionados con dos crisis existenciales aún más serias que se van empeorando con el paso del tiempo: el cambio climático y la rápida pérdida de biodiversidad y naturaleza en el planeta. Estas crisis interrelacionadas amenazan nuestra estabilidad, seguridad y prosperidad a largo plazo. Por ello, la nueva Administración debe enfrentarlas con compromiso y urgencia.

Al asumir Biden la presidencia, estos desafíos pueden verse también como enormes oportunidades. WWF considera que las siguientes prioridades deben ser temas esenciales para la Administración Biden-Harris, así como el 117o Congreso:

Recuperación y prevención de futuras pandemias

  • Liderar un ambicioso paquete de recuperación y estímulo centrado en el futuro que garantice un desarrollo en la dirección correcta, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo. Además de hacer frente a las crisis económicas y de salud inmediatas, significa diseñar inversiones para la recuperación tomando en cuenta la reducción de emisiones de carbono; acelerar la transición de Estados Unidos a energías limpias y renovables; y desarrollar resiliencia al cambio climático en las comunidades y la naturaleza. También implica nuevas e importantes inversiones a nivel internacional para prevenir futuras pandemias abordando las causas fundamentales del contagio de los seres humanos con patógenos zoonóticos provenientes de la vida silvestre por medio del comercio de vida silvestre y la destrucción y conversión de los bosques y otros hábitats naturales.
  • Lanzar un Grupo de Trabajo en todos los sectores del gobierno para impulsar y orientar los esfuerzos estadounidenses a fin de enfrentar las causas medulares de las pandemias y el contagio zoonótico, trabajando en colaboración con gobiernos extranjeros y entidades internacionales y promoviendo un enfoque de “Una sola salud”.

Cambio climático

  • La reincorporación al Acuerdo de París, anunciada durante su primer día en el cargo, debe ir acompañada de una serie de órdenes ejecutivas para orientar las acciones del gobierno estadounidense en torno al cambio climático y un cronograma claro a fin de que Estados Unidos presente nuevos y mejores compromisos en el marco del Acuerdo, previo a la COP26; así como promover metas ambiciosas convocando a socios internacionales en múltiples ocasiones durante el 2021.
  • Ordenar a la EPA que establezca nuevos estándares de contaminación de carbono y gases de efecto invernadero para las plantas de energía y vehículos, alineados a los nuevos y ambiciosos objetivos y compromisos mundiales.
  • Proporcionar financiamiento nuevo e importante para los esfuerzos internacionales de cambio climático, tanto bilateral como multilateralmente, así como a través del Fondo Verde para el Clima.

La crisis mundial de biodiversidad

  • Otorgar máxima prioridad a los esfuerzos para detener la pérdida de la naturaleza y el deterioro de los sistemas ecológicos a nivel mundial, junto con esfuerzos para abordar el cambio climático, e integrar sólidamente dichos esfuerzos en la política exterior, la ayuda externa y la política de seguridad nacional de Estados Unidos, incluso a través de una Orden Ejecutiva para dirigir y orientar la respuesta del gobierno de Estados Unidos ante este desafío.
  • Aumentar significativamente el financiamiento para la conservación a nivel mundial y los esfuerzos para detener la pérdida de la naturaleza, de forma bilateral y a través del Fondo para el Medio Ambiente Mundial, a fin de encaminar a Estados Unidos hacia la meta de duplicar sus inversiones en estos esfuerzos durante el primer mandato de la Administración Biden.
  • Rescindir las regulaciones y directrices dañinas adoptadas durante la Administración Trump con respecto a la Ley de Especies en Peligro de Extinción, la Ley del Tratado de Aves Migratorias, la Ley de Política Ambiental Nacional y el uso de la ciencia en la toma de decisiones federales.

Comercio ilegal de vida silvestre, madera y pescado

  • Reafirmar y revitalizar el Grupo de Trabajo Presidencial y la Estrategia Nacional sobre Tráfico de Vida Silvestre, creado durante la administración del presidente Obama; reactivar el Consejo Asesor afín; y reautorizar la Ley ‘END Wildlife Tracking’ para acabar con el Tráfico de Vida Silvestre.
  • Implementar, financiar y hacer cumplir plenamente las enmiendas a la Ley Lacey de 2008, diseñadas para abordar el comercio ilegal de madera, incluyendo una introducción gradual de todas las categorías de productos de madera pendientes para fines de 2021, y respaldar la legislación para prevenir la importación de productos básicos producidos en tierras deforestadas o degradadas ilegalmente.
  • Continuar fortaleciendo el liderazgo de Estados Unidos con el fin de eliminar la pesca ilegal, no reglamentada y no declarada (INDNR) y los abusos a los derechos humanos relacionados, incluso a través de una Orden Ejecutiva sobre la Integridad de los Productos del Mar y otros pasos que garanticen que todos los productos del mar importados a Estados Unidos sean plenamente rastreables y cumplan con todos los estándares necesarios.

"30 x 30"

  • Apoyar el objetivo de conservar el 30% de las tierras, el agua y los océanos para el año 2030, tanto a nivel nacional como mundial, mediante la creación de nuevas áreas protegidas, así como incentivos para la conservación y el manejo sostenible de las tierras y aguas privadas y de trabajo, en estrecha colaboración con las comunidades, los pueblos indígenas y el sector privado.
  • Por medio de la diplomacia, impulsar metas ambiciosas antes de la COP15 del Convenio sobre la Diversidad Biológica con el fin de asegurar sólidos compromisos mundiales para proteger, conservar y restaurar la naturaleza, incluido el objetivo de conservar el 30% de las tierras y agua para el año 2030.
  • Anunciar el objetivo de poner fin a la deforestación, la degradación forestal y la conversión y degradación de los hábitats naturales, respaldado por leyes y mayor inversión a nivel mundial.
  • Reflejar estos compromisos en las políticas nacionales pertinentes, como la Ley Agrícola y las decisiones sobre el arrendamiento de tierras federales. Entre las primeras acciones que la Administración debe tomar es detener las conseciones en el océano Ártico y el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico y poner de forma permanente a estas áreas fuera del alcance de la explotación de petróleo y gas, además de vetar la Mina Pebble.

Contaminación por plásticos

  • Apoyar los esfuerzos integrales para eliminar gradualmente el uso de plásticos innecesarios y otros materiales y establecer los estándares, incentivos y conciencia para crear una economía circular a través de acciones legislativas y administrativas.
  • Liderar esfuerzos diplomáticos para lograr un tratado internacional vinculante que impulse y coordine este tipo de acciones a nivel mundial y trabajando con el Congreso para lograr la adhesión a la Convención de Basilea.

Justicia ambiental

  • Apoyar políticas para rectificar las desigualdades y desventajas históricas que han llevado a las comunidades de bajos ingresos y las comunidades de color -así como las tribus y comunidades indígenas- a verse afectadas de manera desproporcionada por la contaminación y la degradación ambiental, incluida una consulta a profundidad con estos grupos. Priorizar las inversiones en estas comunidades con el propósito de construir resiliencia e infraestructura verde y promover el aire, agua y energía limpios así como sistemas alimentarios sostenibles.