¿Qué es la sexta extinción masiva y qué podemos hacer al respecto?

Una extinción masiva es un breve período de tiempo geológico en el que se extingue un alto porcentaje de la biodiversidad o de distintas especies (bacterias, hongos, plantas, mamíferos, aves, reptiles, anfibios, peces, invertebrados). Bajo esta definición, es importante tener en cuenta que, en el tiempo geológico, un período "corto" puede abarcar miles o incluso millones de años. Anteriormente, el planeta ha experimentado cinco eventos de extinción masiva: el último ocurrió hace 65.5 millones de años y acabó con la existencia de los dinosaurios. Los expertos ahora creen que atravesando por una sexta extinción masiva.

¿Qué está ocasionando la sexta extinción masiva?

A man holds damaged peas in Uganda

A diferencia de los eventos anteriores de extinción causados por fenómenos naturales, la sexta extinción masiva está impulsada por la actividad humana, principalmente debido (aunque no limitada) al insostenible uso de la tierra, el uso del agua y la energía, y el cambio climático.

Según el Informe Planeta Vivo, el 30% de toda la tierra que sostiene la biodiversidad ha sido convertida para la producción de alimentos. La agricultura también es responsable del 80% de la deforestación global y representa el 70% del uso de agua dulce del planeta, alterando de manera importante los hábitats y devastando las especies que viven en esos lugares.

Es evidente que los lugares y las maneras en que se producen los alimentos son una de las mayores amenazas causadas por el hombre en torno a la extinción de especies y nuestros ecosistemas. Para empeorar las cosas, la producción y el consumo de alimentos no sostenibles contribuyen significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero, las cuales están provocando un aumento de la temperatura atmosférica y causando estragos en todo el mundo.

La crisis climática está ocasionando desde sequías más severas hasta tormentas más intensas y frecuentes. También empeora los retos asociados con la producción de alimentos que estresan a las especies y genera las condiciones que hacen que sus hábitats sean inhóspitos.

El aumento de las sequías y las inundaciones ha hecho que sea más difícil mantener los cultivos y producir suficientes alimentos en algunas regiones. Las delicadas relaciones que existen entre el sistema alimentario, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad están ejerciendo una enorme presión sobre nuestro planeta.

¿Por qué debería importarnos la extinción masiva?

Las especies no existen en forma aislada; están interconectadas. Una sola especie interactúa con muchas otras especies en formas muy específicas generando beneficios para las personas, como aire limpio, agua limpia y suelos saludables para una producción eficiente de los alimentos. Pero cuando una especie se extingue en un ecosistema o el número de su población disminuye tanto que no puede mantener sus importantes funciones, otras especies se ven afectadas, lo que a su vez afecta la forma en que funciona el ecosistema y los beneficios que brinda. Esto aumenta el potencial de la extinción de las especies. El seguimiento de estas tendencias es vital ya que sirven para medir la salud general del ecosistema. Las disminuciones drásticas en las poblaciones de las especies son un indicador de que el ecosistema se está desmoronando y son una clara advertencia de una falla mayor en todos los sistemas.

Actualmente, la tasa de extinción de especies se estima entre 1,000 y 10,000 veces más alta que las tasas de extinción natural, tasa de extinción de especies que ocurriría si los humanos no estuviéramos presentes. Si bien las extinciones son una parte normal y esperada del proceso evolutivo, las tasas actuales de disminución de las poblaciones de especies y extinción de especies son lo suficientemente altas como para amenazar funciones ecológicas importantes que sustentan la vida humana en la Tierra, como un clima estable, patrones regionales predecibles de precipitación o tierras agrícolas productivas y pesquerías.

Si no tomamos el rumbo correcto, continuaremos perdiendo la biodiversidad que sustenta la vida a un ritmo alarmante. Estas pérdidas, en el mejor de los casos, tardarán décadas en revertirse, lo que dará como resultado un planeta menos capaz de sustentar a las generaciones actuales y futuras.

¿Qué podemos hacer para detener la extinción masiva?

Se necesitan acciones urgentes si queremos frenar los impactos humanos en la biodiversidad.

  • Acuerdo de París. Podemos aumentar nuestros compromisos para reducir las emisiones de carbono en virtud del Acuerdo de París y limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados.
  • 30X30. Los líderes mundiales pueden apoyar la iniciativa America the Beautiful para conservar el 30% de las tierras y agua de Estados Unidos para el año 2030.
  • Build Back Better. El Congreso puede apoyar un paquete de políticas que ofrezca la inversión federal más grande en energía limpia.
  • Cumbre de Biodiversidad de la ONU. El liderazgo de Estados Unidos puede desempeñar un papel fundamental junto con otros 195 países y acordar nuevos y ambiciosos objetivos globales sobre la biodiversidad y cómo se puede lograr el financiamiento y la implementación.
  • Movimientos sociales. Si bien el gobierno federal puede establecer políticas de alto nivel para conservar la naturaleza, las empresas, las comunidades y las personas tienen un importante papel que desempeñar para cambiar el comportamiento corporativo por medio de sus hábitos de consumo, así como exigir que los líderes políticos rindan cuentas.